La llegada a
Nueva York de Leonor supone el fin de su travesía naval, de la que podrá
reponerse antes de una ceremonia presidida por su padre a mediados de julio.
Después, tendrá que enfrentarse al nuevo currículo del Ejército del Aire,
recién aprobado.
Por JAVI
SÁNCHEZ
Leonor, en su escala en Panamá a principios
BERNETTI/Getty Images
Con la
llegada del buque Juan Sebastián Elcano a Nueva York, la princesa Leonor
culminará cinco meses de travesía oceánica, tras un recorrido muy similar al de
su padre. Tras los actos en Nueva York de la heredera –a los que los reyes de
España no han querido restar protagonismo: la agenda de Felipe y Letizia
contempla actos oficiales para el día 5 de junio, por lo que no habrá imágenes
como el encuentro de Letizia y su hija en Panamá–, llegará su regreso a España,
en avión, mientras sus compañeros emprenden la travesía de vuelta en el mismo
barco. Un mes después tendrá lugar la graduación naval, último compromiso antes
del descanso estival y de la preparación de la última parte de la formación
militar de Leonor: el Ejército del Aire. Antes, quedan incógnitas de cómo
afrontará la Casa Real la estancia estadounidense de la princesa.
A diferencia
de su padre, cuyas escalas estuvieron repletas de una agenda muy protocolaria y
reuniones de máximo nivel, la todavía guardiamarina Leonor ha tenido un curso
más relajado, y se prevé que su final sea similar. En sus escalas, Felipe se
reunió con los dignatarios de Uruguay o Brasil, a los que hizo llegar mensajes
de su padre, el rey Juan Carlos. Una función diplomática de la que Leonor ha
estado exenta en su formación, y que culminó con un encuentro de algo menos de
10 minutos entre Felipe y Ronald Reagan. en Washington, días después de la
escala en Baltimore que puso fin al viaje del príncipe. Una escena que
difícilmente se repetirá en la actual Casa Blanca.
Tras un breve
reencuentro familiar, Leonor tiene por delante un mes adicional de formación
naval, en alguna de las fragatas de la clase Álvaro de Bazán del Ejército (se
desconoce en cuál, pero, si se inclina por lo simbólico una de ellas, botada en
este siglo, lleva el nombre de su bisabuelo: Almirante Juan de Borbón). Una
formación a medida para poder condensar en un sólo curso todo lo que se
requiere de la princesa, antes del acto más esperado: el día 16 de julio,
coincidiendo con las festividades del Carmen, en la Escuela Naval de Marín se
celebra la graduación de los alumnos. Un acto que Leonor conoce de sobra: en
2024, por ejemplo, fue ella, acompañada por sus padres, quien presidió la
entrega de los Reales Despachos militares a los alumnos que la precedieron.
Este año, la princesa se encontrará entre los graduados y recibirá el título de
alférez de navío –presumiblemente de manos de su padre y en presencia de su
madre y su hermana, como ya sucedió en su graduación en el Ejército de Tierra–.
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