RAFAEL
PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Alguien reprodujo en facebook  la página de un periódico en la que aparecía
una declaración atribuida al presidente de la República Dominicana. El titular
de esa noticia  decía –cito de memoria-
que   a partir del próximo cuatrienio
Danilo Medina someterá a la justicia a los funcionarios corruptos.  La nota podía arrancar asombros o tomarse con
escepticismo.
 Confieso que no leí
la información por pensar que se trataba de una de esas ficciones que se
divulgan  a diario en las redes. “Es una
broma”, me dije. Más recientemente, Medina expresó que a partir del  16 de agosto vendrá con un gobierno nuevo.
Lo dijo a periodistas  asignados al  Palacio Nacional, antes de recibir las  credenciales 
de  cuatro embajadores.
Los
reporteros  preguntaron al mandatario
sobre  las posibilidades de cambios  en su gabinete ya que  algunos 
miembros  llevan doce años, y   Medina
 respondió: “Es un gobierno nuevo”. Uno
de los reporteros apuntó que   al decir esto el gobernante  abrió los brazos. “No hay de otra”, habría
dicho gestualmente.
El  senador de la provincia Peravia, Wilton Guerrero, de marcada cercanía con el Presidente,
llamó a su jefe político  a realizar
cambios en  el próximo período, tras
considerar que hay funcionarios que no cumplen con sus funciones. Y parecía que
dijera  lo que muchos  dominicanos están diciendo: “Estamos hartos
de funcionarios que no funcionan”.
El animoso legislador gobiernista llegó más lejos en la
justificación de remover funcionarios, pues 
proclamó: “Si fuera yo, no solo remeneara la mata, sino que la mochara,
porque pienso que hay muchos funcionarios que no están sirviendo en el país.
Hay muchos mangos que hay que tumbarlos porque están podridos”. Dijo mucho y no
lo dijo todo.
Podría ser que el presidente Medina y algunos seguidores
crean que un gobierno nuevo se logra a partir de rotar funcionarios (el de Salud
para Medioambiente, el de Industria para Turismo…).  El concepto comprende, en la presente
coyuntura,  una dimensión ética y una
firme decisión de encauzar la nación por sendas más prometedoras.
Un gobierno nuevo deberá marcar diferencias con el
“gobierno anterior”.  La democracia
dominicana está acostumbrada a denunciar las tropelías y actos impuros de
quienes  precedieron  en los altos cargos a los que acaban de
llegar. El propio presidente Medina ha denunciado que hay funcionarios
corruptos en su gobierno, aunque sin hacer nada.

Sería pertinente 
denunciar y someter a la justicia a los autores de actos reñidos con la
ley perpetrados por los funcionarios del “gobierno anterior”.  Medina lo prometió siendo aspirante
presidencial y lo reitera en la antesala del segundo mandato. Gobierno nuevo
implica que los  depredadores de bienes
públicos vayan  a la cárcel. ¡Manos a la
obra!

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