“Nuestra
relación hoy no habría causado tanto revuelo”. A punto de estrenar
Pavarotti, el documental que recorre la vida y obra del tenor más famoso del
mundo, su última esposa habla con Vanity Fair.
POR MANU PIÑÓN – Vanity Fair     (Resumen)
Nicoletta
Mantovani a su paso por Madrid, durante la presentación a los medios del
documental sobre su marido +Pavarotti*.GTRESONLINE.
Es
imposible contar la historia de Nicoletta Mantovani (Bolonia, 1969) sin
pronunciar el nombre de Luciano Pavarotti. A la que fue secretaria, amante,
esposa y es actualmente viuda del tenor más famoso del mundo se le iluminan los
ojos cuando dice “Luciano”.
Como
ella misma reconoce a Vanity Fair, cuando en 1996 salió a la luz que Pavarotti,
un hombre casado y con tres hijas, mantenía una relación con una joven a la que
sacaba 34 años “aquello fue un gran escándalo”, una decepción en un
país católico hasta la médula. “Prepárate para ser vista como una mala
persona”, le advirtió él cuando esta estudiante de Ciencias Naturales
insistió en formalizar su relación.
Tuvieron
una hija, Alice, que hoy tiene 16 años y sigue los pasos de Greta Thunberg en
la defensa del planeta, se casaron poco después y lucharon juntos contra la
enfermedad. Primero fue la de Nicoletta, aquejada de esclerosis múltiple, que
la ha acompañado hasta que dio con un tratamiento innovador.
“Hace
cinco años me sometí a una intervención que ha reducido los efectos de la
esclerosis múltiple que padezco; desde entonces me encuentro muy bien, y
esperemos que siga así mucho tiempo”. No tuvo la misma suerte su marido, que
falleció víctima de un cáncer de páncreas en 2007 a los 71 años.
Dejó
tras de sí un legado que recoge Pavarotti (estreno 3 de enero), un documental
dirigido por Ron Howard (Apollo XIII, Una mente maravillosa) que acerca la
figura inabarcable de un hombre al que la vida se le hizo corta.
Doce
años después de la muerte de su marido, Nicoletta Mantovani ha llegado a Madrid
para promocionar una película en la que ha colaborado la Fundación Luciano
Pavarotti que preside, y en la que además de su testimonio están los de
compañeros y amigos del tenor como Plácido Domingo, Bono y José Carreras, sus
mánagers y colaboradores, pero también su primera mujer Adua Veroni, las hijas
que tuvo con ella y quien fuera su amante, la soprano Madelyn Renée.
Con
sus características gafas, la melena rubia y una enorme sonrisa, Nicoletta
responde a todas las preguntas sin poner límites. “Entiendo esto como un
intercambio”, asegura. “Así me lo enseñó Luciano”.
¿Le gustaba el cine a su marido?
¿Qué películas veían juntos?
No
iba al cine porque se cuidaba mucho la voz y el aire acondicionado de las salas
le afectaba mucho, pero veíamos muchas películas en casa en DVD. Sobre todo
románticas, que eran las que me gustaban a mí, y otras como Gladiator (2000)
que combinaban historia y acción, que eran las favoritas de él.
A
los dos nos encantaba la trilogía de Sissi (1955-1957), que nos vimos más de
una vez entera en nuestro apartamento de Nueva York. También recuerdo ver junto
a él El pequeño lord (1936) o Ghost (Más allá del amor) (1990). Aunque él podía
ver Gladiator una y otra vez, era un fan tremendo de esa película.

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