Del minivestido de terciopelo de Michelle Kwan a las zapatillas doradas
de Michael Johnson: 29 estilismos que acapararon todas las miradas en los
Juegos Olímpicos
Por Ilaria Perrotta Vanity
Fair
de
Luna Attie
Es cierto que la moda no es lo primero que se le viene a uno a la cabeza
cuando piensa en los Juegos Olímpicos, pero es un elemento clave. Ante todo,
los looks son un medio de expresión a través del cual los atletas que
representan a su país encuentran formas únicas y elegantes de mostrar de dónde
vienen. En definitiva, representarse a nivel planetario con estilo es el primer
paso de una estrategia ganadora.
También es estrecha la relación entre las marcas y las casas de moda con
los diferentes equipos nacionales: desde Levi’s Strauss, que firmó los
uniformes del equipo estadounidense en 1987, hasta los uniformes del equipo
italiano que ahora diseña Giorgio Armani para EA7 (siguiendo la estela de otras
marcas que a lo largo de las décadas han vestido a los atletas italianos, desde
Missoni a Sergio Tacchini y Trussardi).
En 1992, Issey Miyake ofreció gratuitamente sus uniformes plisados
high-tech no a su país natal, Japón (que declinó la oferta porque pensaba que
el establishment deportivo japonés estaba demasiado anclado en sus costumbres
conservadoras), sino a una Lituania recién liberada tras la caída de la Unión
Soviética. Sin duda, esta nación ofrecía al diseñador una mayor libertad de
expresión.
Por su parte, los deportistas siempre han seguido de cerca las
tendencias de la moda. Pensemos en Serena Williams y, retrocediendo en el
tiempo, en Florence Joyner aka Flo-Jo. Lucir un look único mientras se compite
añade una capa extra de poder. Al fin y al cabo, las reglas del deporte son
estrictas, pero el código de vestimenta no. Así que, dentro de los límites de
la practicidad y el rendimiento, los deportistas más increíbles del mundo se
han permitido cierta libertad creativa, vistiendo el epítome de la moda y la
funcionalidad.
Tanto si se llevaron el codiciado oro a casa como si simplemente
compitieron al máximo de sus posibilidades, te presentamos en la siguiente
galería nuestros momentos de moda favoritos de los Juegos Olímpicos a lo largo
de los años. Todos ellos han pasado a la historia como medallas de oro al mejor
vestuario.
El traje de terciopelo de Michelle Kwan en 1998
La patinadora estadounidense lució este sencillo pero elegante modelo
creado por Vera Wang en los Juegos Olímpicos de Invierno de Nagano (Japón). Su
relación con la diseñadora era tan estrecha que Wang diseñó después el vestido
de novia de Kwan.
El jersey de punto de Tom Daley en 2021
El clavadista británico se trajo a casa una medalla de oro y un jersey
recién hecho en los Juegos Olímpicos de Tokio. Mientras veía competir a sus
compañeros, vimos a Daley tejiendo una de sus piezas únicas: este jersey
olímpico del equipo de Gran Bretaña. Fue uno de los momentos que pasó a la
historia de los Juegos Olímpicos y que puso el punto otra vez de moda.
La chaqueta de piel de Sonja Henie en 1924
A los 11 años, la noruega Sonja Henie, patinadora artística, compitió en
los Juegos Olímpicos de Chamonix (Francia) con una chaqueta forrada de piel y
un gorro a juego. Uno de los primeros ejemplos de look a la última en los
Juegos Olímpicos.
La manicura de Mireia Belmonte: la superstición de cada competición
Con 17 años Mireia Belmonte obtuvo su primer éxito internacional,
proclamándose campeona del Mundo en el Europeo de Hungría. A partir de ahí sus
éxitos se sucedieron uno detrás de otro hasta llegar a convertirse en una de
las deportistas españolas más laureadas. Se hizo con dos medallas en Londres
2012 y otras dos en Río 2016. Su especialidad es el estilo mariposa y una de
sus supersticiones se convirtió además en su seña de identidad más
característica: hacerse la manicura para cada competición. Sus uñas largas y
perfectamente decoradas han sido su sello.
Los collares y las gafas de Edwin Moses en 1988
En aquella época, llevar collares para correr era pura vanguardia y ese
momento fashion propuesto por el estadounidense Edwin Moses pasó a la historia
como uno de los primeros toques de glamour de los Juegos Olímpicos. El
deportista combinó las joyas con unas gafas de sol modelo aviador ‘total
glitte’ que más tarde se convertirían en su firma.
El vestido patriótico de Serena Williams en 2022
La superestrella del tenis mundial es conocida por sus looks. Uno de sus
favoritos sigue siendo este conjunto patriótico que lució en los Juegos de
Pekín 2022: un conjunto Nike rojo, blanco y azul.
El mono verde de Cathy Freeman en 2000
La atleta lució este icónico mono de Nike de color verde, oro y gris con
capucha en la final de 400 metros lisos durante los Juegos Olímpicos de Sídney
del 2000. Se trata de una prenda de alta tecnología hecha a medida para la
atleta: junto con su medalla de oro, pasó a los anales de la historia olímpica.
El traje también rendía homenaje a un look que lució otra famosa atleta años
antes: Florence Griffith.
El superhéroe Javier Fernández en los Juegos de Invierno Solchi 2014
En los Juegos de Invierno de 2014 en Solchi, Javier Fernández se
presentó en la gala inaugural vestido de súper héroe del deporte. Vestido con
capa, mallot ceñido con la J estampada al estilo Superman, pantalones cortos y
calcetines altos de deporte.
Las zapatillas doradas de Michael Johnson en 1996
Corría el año 1996 en los Juegos Olímpicos de Atlanta y Michael Johnson,
el hombre más rápido del mundo, lucía unas zapatillas Nike hechas a medida en
color dorado. El atleta no falló a la hora de combinarlas con la cadena que
llevaba al cuello.
El corsé de Johnny Weir en 2010
Con un traje diseñado por él mismo, el patinador estadounidense Johnny
Weir lució en la pista uno de los primeros corsés masculinos. Su look
decididamente avant la lettre no pasó desapercibido, al igual que su actuación
sobre el hielo en los Juegos Olímpicos de Vancouver de ese año.
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