Quizás se ha retirado a descansar el ensayista de la negritud, pero nunca lo hará el poeta negroide. Sus prodigas creaciones lo han inmortalizado. Su dedicación incansable en la promoción del valor de la herencia africana en la cultura dominicana y caribeña le han confirmado un legado histórico que de seguro será heredado por sus hijos: Ivan, Isis y Alan para ser transmitido a toda América morena.
Es muy probable que con tu repentina partida, al lugar de los justos, la dulzura de tu esposa Dulce se haya amargado, pero “Los versos del negro Blas”, serán el mejor legado que dejaste para quedarte a vivir eternamente entre nosotros. Otros testigos son: “El Nativo” “Aquí…otro español”, “Caribe Africano en despertar” y “Exigencias de un Cimarrón”.
Blas, tu eterna y espontanea sonrisa denotaba con certeza que supiste vivir con las paginas abiertas del libro que todos forjamos en nuestro paso transitorio del existir. Fuiste un cimarrón residente en el mismo corazón de las grandes urbes. Defendiste ser un autentico español, pero mulato, negroide afroamericano.
Que tu alma morena descanse en medio de la paz que siempre te propusiste repartir entre quienes, algunas veces, te rodeamos.

Con Orgullo,

Milciades Herrera
Higüey, Rep.Dom.22-11-09.

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