Por Rafael Peralta Romero
 

Rafael Peralta Romero

Hace unos días, un diario  publicó una lista de las personas más
buscadas por la Policía dominicana y me asombré de la brevedad  de la enumeración, me asombré de la levedad
de los delitos cometidos  por los
perseguidos y me asombré de que en esa relación de buscados no apareciera Jozef
Wesolowski, hasta hace poco nuncio papal.

Ese señor está acusado de explotación sexual de
niños, y se encuentra en Roma bajo investigación.  El ex embajador del Vaticano ha originado un
escándalo que embarrará a la Iglesia católica 
por mucho tiempo. Y no porque fuera homosexual, sino porque  prefiriera niños para corromperlos con  su pervertido comportamiento.
El arzobispo metropolitano de Santo Domingo,
monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, expresó que se siente muy avergonzado
por las “barbaridades”  que hizo Wesolowski
durante su permanencia en República Dominicana. “A mí, esto me avergüenza
muchísimo, las barbaridades que cometió aquí…”, dijo el Cardenal.
Una de las personas que dio testimonio a  la periodista Nuria Piera, quien presentó el
caso en la televisión,  habría dicho
que  el obispo polaco “no tenía un solo
marido, él tenía muchos carajitos, él les daba dinero y los ponía a masturbarse”.
Esa misma persona  agregó el detalle de
que  el “marido oficial” era un “morenito
que lava carros”, pero que Wesolowski “tenía muchos maridos”.
El cuerpo humano es definido  por san Pablo  como un templo del Espíritu Santo. “¿O no sabéis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está  en vosotros, el
cual tenéis de Dios, y
que no sois vuestros? Si critica el Apóstol la fornicación (hombre-mujer) ¿qué
no dirá del abuso de un hombre para con un niño?
Es una verdadera profanación,  desde el punto de vista religioso,  y un indiscutible acto delincuencial, a la
luz de la ley penal. Algunas autoridades dominicanas han  declarado la intención de juzgar a Wesolowski,
pero  el propio  arzobispo López Rodríguez  ha dicho  que el  ex nuncio será juzgado en el Vaticano.
Citó  la
Convención de Viena, la cual  establece
que los diplomáticos tienen que ser procesados en sus respectivos países, según
dijo.  Agregó que el Tribunal de la Doctrina
de la Fe tiene la competencia para investigar y juzgar los casos de abusos
sexuales contra menores, y que tiene a cargo la investigación sobre Wesolowski.
El diácono Francisco Javier Occi Reyes, quien guarda prisión en San Pedro
de Macorís,  habría revelado a un  procurador  adjunto que era amante de Wesolowski, con
quien tenía relaciones sexuales en la misma embajada de la Santa Sede. Además
–dijo-  conquistaba niños para el  ex nuncio satisfacer su  aberrante 
conducta sexual.

 Si Wesolowski  no va la cárcel, será  difícil para la Iglesia  dominicana desprenderse  de la pestilencia que este  descarriado  le ha lanzado. Lo digo como dominicano y como
católico.

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