Por: PEDRO PILIER
REYES.

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En la provincia de la
Altagracia, se escucha con frecuencia: Higüey tiene un nuevo fiscal. Aparenta
ser sencillo, educado y que escucha, además tiene  idea 
clara del cumplimiento de la ley.

0tro dato, es un
profesional egresado de la escuela del
ministerio público, entiéndase formado
para ejercer la función de fiscal.

El nuevo fiscal tiene
la oportunidad de poner en práctica  los
conocimientos aprendidos en la escuela
del ministerio público. Tiene el compromiso social de demostrar que la escuela
o academia forma hombres como un concepto 
bien definido para el mejor desempeño de la responsabilidad asumida.

Sólo recordarle, que
él está, en una provincia de gente buena y laboriosa. Igual  existen los amigos del fiscal, notará que  aumentaran esos llamados amigos
y llegaran hasta a sus propios familiares, con el propósito de
lograr la complicidad e impedir el cumplimiento de la ley. Esto obedece a la
existencia del caciquismo  que se arraigó por mucho tiempo, siendo una escuela
que tiene discípulos que no pierden una
oportunidad a para romper los esquemas de la institucionalidad.

Solicito
 que reflexione  el pedido de Salomón que dice:   

“Tu siervo se
encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable.
Da a tu siervo un corazón dócil para
gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del 
bien”. Salomón pidió
discernimiento y sabiduría y le fue concedida.