Leonel Cabrera

El conteo inicial de aquella memorable noche de mayo 1978, daba amplia ventaja al candidato del jacho prendido (PRD) Don Antonio Guzmán Fernández. 

El segundo boletín nunca llegó gracias a un corte general de electicidad que apagó las esperanzas de muchos. Y fue en ese preciso momento, que un fornido labriego cruzó raudo el pueblo, desde el local del partido en la avenida Duarte hasta la casa de Chiche de León, y desde la acera tronó: 

“¡Compañero Chiche, habla Kuturo, las cosas se están poniendo color de hormigas y si no, nos velamos frente a la Junta Central Electoral, nos van a robar el triunfo. Es asunto de que si hay que amanecer, amanezcamos.!”