Ciertamente el árbol de guanábana era alto, que no pudo alcanzar con su estatura, de ‘varita de San Tose’, mi tío-abuelo, Félix Disla; por lo que pidió a su hijo Cefo treparse en la mata, y tumbar una enorme guanábana, que como a Eva la manzana, llamó su atención. 
Cefo, con obediencia de misionero, subió como pudo y en pocos minutos se oyó un ruido seco golpear el terreno. ¿Cefo, está madura? Preguntó el espigado Félix, y Cefo, adolorido hasta los entresijos del alma, contestó: ¡Papá, fui yo que me caí!
La Biblia dice: “Recuerdas por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues sino, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” Apocalipsis 2:5

+ There are no comments

Add yours

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.