The New York Times aplaude la decisión oficial

WASHINGTON (The New York Times).— La última vez que el narcotraficante más importante del mundo, Joaquín Guzmán Loera, fue capturado, el fiscal de México dijo que el gobierno consideraría extraditarlo a Estados Unidos en 300 años más o menos, una vez que pagara todos sus cuentas en el país.

Avergonzado por la segunda fuga, en julio, los funcionarios al parecer cambiaron de opinión. Poco después de que fue detenido, el viernes, el gobierno mexicano indicó que se inició el proceso de extradición. Esa es la decisión correcta.
La empresa criminal de Guzmán, el cártel de Sinaloa, ha causado estragos en México y Estados Unidos por el envío de toneladas de narcóticos. Bajo su supervisión, el cartel se ha convertido en una de las organizaciones criminales más mortíferas y más despiadadas del mundo. En México se silenció a periodistas, a veces con balas, alimentó la corrupción y convirtió el norte del país en un campo de batalla.
En los Estados Unidos se enfrenta el capo a cargos de tráfico de drogas, lavado de dinero y asesinatos.
Comprensible
Es comprensible que algunos mexicanos deseen ver pagar a Guzmán por esos crímenes en el país, pero un proceso en Estados Unidos parece una apuesta más segura para ponerlo fuera del negocio y enviar fuerte mensaje a los que, inevitablemente, ocuparán su lugar.
El presidente Enrique Peña Nieto de México merece crédito por aprobar la extradición del señor Guzmán Loera poco después de su última detención. yucatan.com.mx

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