Rafael Torres

Fue el primer domingo de Septiembre del 2013 antes del inicio del acto bienal del Salón de la Fama del Deporte Romanense, cuando solicité una audiencia en su despacho al Gobernador Provincial para tratarle asuntos de interés. 

Le dije que no era nada personal y que no le pediría nada.Me respondió que iría a mi casa y no fue. Meses después me visitó su hermano Gustavo; conversamos amenamente de diversos temas y le pedí que por favor le dijera al Gobernador que mi interés era tratarle lo siguiente: El Gobernador, como autoridad suprema de la provincia, debía dar un paso y
hacer en La Romana LO QUE NUNCA SE HA HECHO, parafraseando el grito de campaña
del Presidente Medina. 

¿Hacer qué? Convocar a
reunión a Síndicos, Regidores, Senador, diputados, Procurador Fiscal, Jefe
Policial, AMET, Medio Ambiente, Autoridades Sanitarias, gremios de choferes y
motoconchos, directores de emisoras de radio y televisión, en fin, todas las llamadas
Fuerzas Vivas de la ciudad e iniciar una campaña conjunta para enfrentar y
erradicar el desorden del tránsito y la violencia que cada día toma mas
fuerza. 

Los problemas que abaten
la comunidad no son de una sola institución o persona que corresponde
enfrentarlos y darle solución. 

Es el esfuerzo
mancomunado de todas las autoridades y el respaldo de la población civil lo que
demanda la situación. 

Se ha estilado que cada
quien se limpia las manos y dice que eso no le incumbe y le echa la cuaba al
otro y así no puede ser. Si en la unión está la fuerza, hay que buscar esa
unión. Unión de voluntades, esa es la palabra mágica. 

Trazar planes, y con apego a las Leyes,
comenzar a adecentar La Romana, para orgullo nuestro, la tercera ciudad del
país. Eso era