Rafael Torres
Los de mi generación hemos visto el crecimiento y
transformación de nuestro pueblo. Savica fue el primer barrio construido en las
afueras y su nombre original fue Urbanización Miramar; en esos terrenos hubo un
hipódromo construido en los años 40; luego siguió el barrio Papagayo en los
años del 60 y después siguieron en ese orden Las Piedras y Preconca; este
último concluyó su primera etapa en diciembre de 1971.
Después siguió Quisqueya a mediados del 70 y por esos
años también el llamado Villa Rol. Todos esos barrios o ensanches fueron
construidos en terrenos que habían sido propiedad del Central Romana.
Puedo haber perdido el orden cronológico de esas
expansiones y debo incluir a Villa Pereyra, en lo que fueron potreros de esa
familia en una estancia llamada La Genoveva. En otros potreros propiedad de
Felipe Lahoz fue erigido otro ensanche y siempre me he preguntado cómo esos
terrenos no fueron invadidos, pues están entre La Aviación y Villa Verde,
primeros terrenos en ser invadidos y por donde inició la expansión del pueblo
después del gobierno de Trujillo.
Debo señalar también los terrenos invadidos a la familia Saviñón
en Caleta, así como las urbanizaciones en el marco legal en esas cercanías del
Ensanche Benjamín y Vista Catalina en los que fueron los potreros de Pedro
Rubio.
En este recorrido mental y desordenado, tan desordenado
como La Romana, finalizo con la última gran expansión hacia el Oeste con la
invasión al terreno estatal de Los Mulos, así como a “propietarios”
como el doctor Carlos Pujols, Farid Mufdi y Mirto Victoria.
Esa gran área habitada por más de 100 mil habitantes fue
convertida en municipio con el suntuoso nombre de Villa Hermosa.
Esa decisión nunca ha contado con mi simpatía, pues
cercenó La Romana que tiene ahora una hermana melliza “pegada”.
No puedo omitir la mayor, mejor organizada y moderna
expansión de La Romana en el sector denominado Romana del Oeste, desarrollada
por los sucesores de la familia Gil Morales: La Urbanización Las Orquídeas,
desarrollada con todas las de la ley en un área de millones de metros
cuadrados, adornada de residencias de primerísima categoría.
A la vuelta de pocos años, muy pocos, La Romana “pegará”
con Cumayasa, comunidad cercana que hace poco fue elevada a la categoría de
Distrito Municipal.

Y ya concluido este recorrido que cuenta a breves rasgos
el crecimiento y evolución de nuestro pueblo y en vista de que ustedes han
proclamado que les ha gustado el relato y dado el caso que hasta yo mismo he
cogido cuerda, Resuelvo: Que para poner punto final al tema por ahora, en la
próxima entrega daré unas pinceladas a La Romana que recuerdo de unos 65 años
atrás. He dicho.

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