En América del Norte, EU es
quien mejor lidió con la caída de la producción automotriz en la pandemia, pues
ha aprovechado para recuperar participación en el mercado regional.
Por Roberto Morales
Entre el 2019 y el 2021,
con la puesta en vigencia del T-MEC y la pandemia de Covid-19 por medio,
Washington recuperó terreno en manufactura a costa de sus dos socios
comerciales regionales.
Estados Unidos ha ganado
participación en el total de la producción de autos y camiones ligeros en
América del Norte en el periodo de vigencia del Tratado entre México, Estados
Unidos y Canadá (T-MEC)
En 2021, la región produjo
un total de 13 millones 427,869 de estas unidades, un alza interanual de 4%, de
acuerdo con datos de la Reserva Federal (Fed).
De ese total, Estados
Unidos logró una participación de 68.3%, lo que supone un crecimiento relativo
comparado con el dato de 2019 (64.7%) y 2020 (65.9 por ciento).
En contraste con la
tendencia creciente estadounidense, las participaciones de México y Canadá se
han achicado en el mismo periodo.
Por delante, la cobertura
de México pasó de 23.9% en el 2019 a 23.8% en el 2020 y luego volvió a caer, a
23.4% en el 2021
México es el principal
proveedor externo de la industria automotriz en el mercado de Estados Unidos,
con exportaciones diversificadas que van desde motocicletas y automóviles,
hasta tractores, autobuses, camiones y vehículos especiales, además de
autopartes.
Comparando los mismos años,
la tendencia de Canadá inició con una cuota de 11.4%, pasó luego a 10.3% y
terminó en 8.3 por ciento.
El T-MEC entró en vigor el
1 de julio de 2020, con reglas de origen más estrictas que incrementaron el
valor de contenido regional de 62.5 a 75% para los vehículos de pasajeros,
camiones ligeros y ciertas piezas.
La Oficina Presupuestaria
del Congreso (CBO) estimó que las reglas de origen más estrictas del T-MEC para
los vehículos de motor y los nuevos requisitos salariales darán lugar a una
disminución de las importaciones libres de impuestos de vehículos de motor y
piezas en Estados Unidos.
Una parte de esa
disminución sería sustituida por la producción nacional, mientras que otra
parte sería sustituida por importaciones sujetas a derechos. La CBO estima que
los importadores estadounidenses de vehículos de motor y piezas que no cumplan
con los requisitos más altos de reglas de origen pagarán aproximadamente 3,000
millones de dólares en aranceles durante la próxima década.
Los efectos por
el cambio de reglas
Un estudio sobre el T-MEC
de 2019 realizado por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos
afirmó que los cambios en las reglas de origen tendrían los efectos más
significativos en la economía estadounidense y en la industria de los vehículos
de motor y podrían conducir a aumentos de precios o a la disminución del
consumo de vehículos en Estados Unidos.
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