Voces y ecos

RAFAEL PERALTA ROMERO

rafaelperaltar@gmail.com

Me ha preguntado un amigo, muy recientemente,
por qué se realizó en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña un torneo de
ajedrez. Su asombro se origina en el hecho de que una institución cultural,
destinada esencialmente a preservar libros y promover la lectura, haya dado
cobijo a una actividad de carácter deportivo.

Se trata del  
tercer Campeonato de Gubernamental de Ajedrez 2022, efectuado el sábado
17 de diciembre, organizado por la Federación Dominicana de Ajedrez.
Participaron trece instituciones del Estado y el principal galardón se lo llevó
el equipo que representó al Banco de Reservas, recia entidad financiera
estatal.

Le expliqué a mi amigo las razones por las
que respondí inmediatamente que sí, cuando Pedro Domínguez Brito y Braulio Ramírez,
en nombre de la Federación Dominicana de Ajedrez, solicitaron un salón de la
importante casa del saber para efectuar la significativa competencia del juego
ciencia entre servidores públicos.

El ajedrez -le dije al amigo- desarrolla la
capacidad de pensar, pues la parte que con él se ejercita es el cerebro.  En el mundo abundan personas, sobre todo
jóvenes, que hacen todos los esfuerzos por mantener su cuerpo en forma, para
exhibirlo. Ningún músculo humano merece más atención que el órgano donde se originan
las ideas.

Es de la ciencia el decir “órgano que no se
emplea se atrofia”. El trabajo físico, incluida la gimnasia, hace a los
individuos ágiles para la acción corporal. La no ejercitación del cerebro
ocasiona torpeza, o sea, lentitud en las funciones relacionadas con el
entendimiento y la expresión, las cuales son características propias de la
condición humana.

Quienes adolecen de esta situación se
inscriben en lo que el poeta y lingüista Pedro Salinas ha considerado cojos
verbales. “Hay muchos, muchísimos inválidos del habla, hay muchos cojos,
mancos, tullidos de la expresión”. Ese estado lamentable es fácil de prevenir y
los remedios están muy alcance. El primero de ellos es la lectura. Y también el
ajedrez.

Este juego resulta de poco costo, está libre
de los peligros que rodean los lugares de diversión, e incluso los centros
deportivos. Estimular la práctica del ajedrez tiene tanta importancia social
como promover la lectura. El ajedrez ayuda a desarrollar la función de pensar,
la lectura a desplegar la capacidad expresiva. Habla bien quien piensa bien.

En RD abunda la gente desconcentrada y tarda
para la expresión, aunque la misma desconcentración lleva a muchos a hablar
cosas insustanciales, entre ellos algunos especímenes de la clase política.  Por eso he dicho que mientras ocupe la
dirección de la Biblioteca Nacional, bajo su techo se alojará el Torneo
Gubernamental de Ajedrez.

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