La
exvicepresidenta Dina Boluarte recibe la banda presidencial tras prestar
juramento como nueva presidenta en el Congreso en Lima, Perú, el miércoles 7 de
diciembre de 2022. El Congreso de Perú votó para destituir al presidente Pedro
Castillo de su cargo el miércoles y reemplazarlo con la vicepresidenta poco
después de que Castillo intentara disolver la Legislatura. A la izquierda, el
presidente del Congreso, José Williams, y a la derecha, José Cevasco. (AP
Foto/Guadalupe Pardo)

AP News

Lima, Perú.- Dina
Boluarte, la primera mujer presidenta de Perú, gobernará sin un grupo
parlamentario propio que apoye su gestión, por lo que deberá construir
cuidadosas coaliciones con miembros del Congreso, que es la institución más
desprestigiada en el país sudamericano, indicaron el jueves los expertos.

La abogada de
60 años asume el poder durante la época de mayor turbulencia política de las
últimas dos décadas, bajo una potente sequía que azota los Andes, una quinta
ola de infecciones por COVID y una gripe que ha matado a miles de aves en la
costa del Pacífico.

“Habrá una
incertidumbre continua”, dijo Eric Farnsworth, vicepresidente del Consejo de
las Américas. Para tener un gobierno que funcione, hay que lograr una coalición
lo suficientemente grande como para impulsar políticas y legisladores que te
respalden, añadió.

A diferencia
de su antecesor, Pedro Castillo — detenido por la policía el miércoles por la
tarde por el presunto delito de rebelión, tras intentar disolver de forma
ilegal el Parlamento—, la nueva presidenta debe elegir ministros de amplia
trayectoria, capacidad moral y conocimiento del Estado, dijo Alonso Cárdenas,
profesor de Ciencia Política de la universidad peruana Antonio Ruiz de Montoya.

Castillo
nombró más de 70 cambios ministeriales en su gestión de casi 17 meses,
incluyendo algunos secretarios sin ninguna experiencia política. “Los nuevos
ministros deben manejar el aparato público con propiedad para afrontar los
terribles problemas que tiene el país”, añadió Cárdenas.

Tras juramentar
en el Parlamento, la presidenta Boluarte pidió una tregua política para
instalar un “gobierno de unidad nacional”. Luego, mirando a los legisladores,
dijo en su primer discurso que en su gabinete estarán representadas “todas
las fuerzas democráticas”. Cárdenas sugirió cautela y recordó que el Congreso
es la institución más desprestigiada de Perú “y que pactar o tener algunos
arreglos con ellos puede ser contraproducente a los ojos de la ciudadanía”.

Todas las
encuestas coinciden en la impopularidad del Parlamento. Según un sondeo
nacional de noviembre del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el Congreso
unicameral peruano tiene 86% de desaprobación y apenas un 10% de aprobación.

La crisis
política peruana se ha evidenciado con seis presidentes en seis años, desde
2016. Tres parlamentos han usado ocho veces una causal permitida por la
constitución llamada “permanente incapacidad moral”, con la que se logró
destituir a dos mandatarios, incluido Castillo.

El ahora
exmandatario llegó al poder el 28 de julio de 2021 y apenas superó por 44.000
votos a su rival en las elecciones presidenciales, la derechista Keiko
Fujimori. “Si había algo que no tenía Castillo eran apoyos”, recordó
Flavia Freidenberg, politóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México y
miembro del Observatorio de Reformas Políticas en América Latina. “No
tiene partido político, no tiene apoyos estratégicos y evidentemente no tenía
apoyo de las Fuerzas Armadas”, acotó.

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