El joven
estudia Bienes Raíces y Planificación Urbana en la University College London
después de pasar un año en Nueva York. Su hermana Paola se graduó el año pasado
en Harvard.

POR NURIA HERNÁNDEZ    VANITY FAIR

Elena Ochoa y
su marido Norman Foster, viven la mayor parte del año en Londres, pero Madrid
es su segundo hogar. Igual que ellos, sus hijos, Paola y Eduardo Foster,
visitan España con frecuencia. A finales de febrero, Elena Ochoa y el
arquitecto estuvieron aquí para disfrutar de la feria ARCO y el último en pasar
unos días en la capital ha sido el menor de los dos hermanos. Eduardo, que ha
recorrido algunos de los lugares más turísticos del centro del país.

El joven, de
21 años, que estudia en Londres, es un gran apasionado del arte y la
arquitectura y quedó maravillado por la gran escalera de caracol flotante de
yeso y mármol que preside la entrada del hotel The Madrid Edition, inaugurado
el verano pasado y que está ubicado en la céntrica Plaza de las Descalzas, a
pocos pasos de la Puerta del Sol. El hotel cuenta con el sello del arquitecto británico
John Pawson, uno de los principales referentes del minimalismo, en colaboración
con el interiorista François Champsaur.

El hijo menor
de lady Foster visitó además uno de los museos más importantes de nuestro país,
el Museo Reina Sofía. Situado en el conocido como Paseo del Arte y muy cerca de
la estación de Atocha, allí Eduardo disfrutó de varias horas de visita entre
obras de arte del siglo XX y contemporáneo, entre las que sin duda destaca el
Guernica de Pablo Picasso.

Pero no todo
iba a ser pasear por la capital y el hijo de Norman Foster quiso visitar otros
lugares cercanos a Madrid como algunos viñedos cercanos y la ciudad castellana
de Segovia. Allí pudo dar un paseo en bicicleta y luego reponer fuerzas en uno
de los restaurantes más famosos del mundo: Casa Cándido. El mesón, que se
encuentra frente al Acueducto segoviano, es visitado por miles de turistas cada
año y son muchos los personajes conocidos que han pasado por allí alguna vez
para probar su plato estrella: el cochinillo asado.

Por supuesto,
Eduardo Foster también probó el cochinillo partido con el borde de un plato,
una ceremonia mundialmente conocida que ahora lleva a cabo Alberto Cándido
López Duque, segunda generación de ‘Cándidos’ al frente del local.

Con 14 años ya
era empresario

Después de
estos días de vacaciones, el menor de los Foster ha regresado a Reino Unido
para continuar con sus estudios de Bienes Raíces y Planificación Urbana en la
University College London, universidad en la que ingresó después de pasar un
año en la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York. Según
explican en la web de la Fundación Norman Foster, en la que él y su hermana son
administradores, “sus intereses incluyen una mezcla variada de cine, deportes,
diseño y negocios. A la edad de 14 años, Eduardo fundó y administró con éxito
varias empresas. A lo largo de los años, ha fomentado estos intereses a través
de prácticas laborales en empresas como Aon, Foster+Partners y Pilcher London,
Related Companies y Aerobo en Estados Unidos”.

Además de su
carrera, Eduardo ha hecho algunos cursos fuera del campus en Wharton School of
Business y London School of Economics y fue director de visitas al sitio web de
Stern Real Estate Group. Además, es un colaborador activo del boletín LSESU
Real Estate Investment Society. Por otro lado, Eduardo sigue siendo un gran
esquiador y ha competido en más de 50 torneos de este deporte.

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