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La ultraderecha logró una histórica victoria
y reforzó al excandidato presidencial José Antonio Kast como líder de la
oposición.

El diputado José Antonio Kast celebra el
triunfo de la ultraderecha en la elección de consejeros constitucionales,
Santiago, Chile, 7 de mayo de 2023. Esteban Félix / AP

La victoria de la ultraderecha en la elección
del Consejo Constitucional de Chile representó un nuevo golpe para el Gobierno
del presidente Gabriel Boric, quien quedó más debilitado rumbo a lo que resta
de su gestión.

Además, los resultados de los comicios
incrementaron la posibilidad de que, por segunda vez consecutiva, la ciudadanía
rechace en un plebiscito una nueva Carta Magna.

También fortalecieron a José Antonio Kast
como líder de la oposición, el exdiputado y excandidato presidencial que perdió
en 2021 frente a Boric, pero que ahora adquiere un mayor protagonismo y se
perfila como firme precandidato opositor para 2026.

Estos escenarios forman parte de las
repercusiones que hay en el país sudamericano luego de la jornada del domingo,
en la que el Partido Republicano que lidera Kast obtuvo el 43 % de los votos,
lo que le permitirá tener 23 de los 51 consejeros que redactarán el borrador de
una nueva Constitución. A ellos se sumarán los 11 consejeros que alcanzó la
alianza conservadora Chile Seguro.

Por el contrario, la coalición oficialista y
de izquierda Unidad para Chile obtuvo un magro 28 % de los votos, lo que le
permitirá tener solo 16 consejeros. El Gobierno aspiraba a contar con un mínimo
de 21 para poder ejercer el derecho al veto e impedir que la derecha y la
ultraderecha impongan su visión en el debate de los artículos constitucionales.
No podrá hacerlo, ya que, juntos, los conservadores suman una amplia mayoría de
34 votos.

Este desenlace electoral impacta
negativamente en Boric, quien desde que comenzó a gobernar en marzo de 2022
arrastra bajos niveles de popularidad que, en sus mejores momentos, apenas si
han alcanzado el 30 %.

Riesgos

La integración del Consejo representa la
segunda derrota del oficialismo en el proceso constitucional, ya que en
septiembre pasado el 62 % de los votantes rechazó el primer borrador de una
nueva Carta Magna, que había sido redactada por una Convención integrada en su
mayoría por dirigentes de izquierda o progresistas, cuyas propuestas no
lograron convencer a la ciudadanía.

Ahora, en cambio, la redacción correrá a
cargo de un Consejo con amplia mayoría de políticos de derecha y ultraderecha,
lo que anticipa tensiones en el debate de los próximos meses y que, según
algunos analistas, podría desembocar en que, ante la falta de acuerdos, la
ciudadanía sienta un hartazgo y rechace otra vez la propuesta constitucional en
el plebiscito previsto de diciembre.

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