Redacción    El Caribe

A
propósito de la conmemoración hoy, 26 de enero, del natalicio de Juan Pablo
Duarte, cuando proliferan las alabanzas al patricio, convendría desempolvar los
testimonios históricos que nos brindan una imagen más humana, más cercana al
Duarte de carne hueso que amó, luchó y sacrificó su vida por la patria
dominicana que habitamos.

Evoquemos
a aquel Duarte que desde la Trinitaria acuñó la frase de “vivir sin patria es
lo mismo que vivir sin honor”, al que el 12 de abril de 1844 presentó una
relación de gastos de su expedición al sur y devolvió 827 pesos de los mil que
había recibido de la Junta Central Gubernativa.

Al
repasar el pensamiento del fundador de la Patria resulta evidente que todavía
son muchos los que conspiran para que los dominicanos pierdan su identidad; los
que pretenden hacer de Duarte una momia histórica y momificar sus ideales, que
todavía tienen vigencia, así como algunos de los objetivos por los que luchó
aún están pendientes.

Esta
coyuntura resulta propicia también para recordar otra proclama suya: “Mientras
no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos
dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones”.

El
Instituto Duartiano ha preparado una serie de actos y actividades
conmemorativas que comenzaron el domingo 14 y culminarán este viernes 26, con
el izamiento de la bandera, a las 8:00 de la mañana, en la Casa de la familia
Duarte-Diez, posteriormente se entregará una ofrenda floral y finalmente se
celebrará una misa en su honor en la Catedral Primada de América, a las 9:00 de
la mañana.

Los
héroes de la talla de Juan Pablo Duarte tienen un lugar de privilegio en la
historia de lucha de los pueblos que construyeron su independencia con la
sangre de los guerreros y la sostienen en el presente con la libertad laboriosa
en un país institucionalizado, que se ha conseguido gracias a la visión y al
sacrificio de esos adalides.

La
identidad dominicana, que nos distingue ante el mundo como una comunidad
hospitalaria y trabajadora, se ha edificado a lo largo de los años sobre la
base de conductas intachables, de ejemplos de inestimable valor y de
trayectorias que jamás renunciaron a nuestra soberanía.

Gloria
eterna a Juan Pablo Duarte, ejemplo de lucha y sacrificio que debe servir de
guía para las generaciones futuras desde el luminoso espacio que se ha ganado
en la eternidad
.

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