Relato de James Oliphant

La candidata presidencial republicana y exembajadora de Estados Unidos
ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, hace una parada de campaña en Mary Ann’s
Diner antes de las elecciones primarias de New Hampshire en Amherst, New
Hampshire, Estados Unidos, el 19 de enero de 2024. REUTERS/Brian Snyder/File
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Por James Oliphant      Reuters

MANCHESTER, New Hampshire (Reuters) – Las primarias presidenciales
republicanas en New Hampshire el martes no ofrecen escasez de intriga.

Si bien brindará una oportunidad para que el favorito Donald Trump
demuestre que puede ser imparable en su marcha hacia la nominación republicana,
también le da a su rival Nikki Haley la oportunidad de demostrar que Trump
puede ser vulnerable.

Se espera que la contienda entre Trump y Haley sea más reñida que el
resultado en Iowa la semana pasada. Trump derrotó a Haley, quien se desempeñó
como su embajadora ante las Naciones Unidas, y a su otro rival restante, el
gobernador de Florida, Ron DeSantis, por 30 puntos porcentuales en los caucus
del estado.

DeSantis se retiró de la carrera el domingo, lo que le dio a Haley la
contienda primaria de dos personas que ha buscado durante mucho tiempo.

DONALD TRUMP

El expresidente ha celebrado mítines barrotados en New Hampshire
prácticamente todos los días en el período anterior a las primarias, un ritmo
agitado para un candidato que generalmente prefiere elegir sus lugares. Pero
hay una razón simple para ello. Él quiere esto. Mal.

¿Podrá Nikki Haley lograr una sorpresa en las primarias de New
Hampshire?

Trump y sus asesores quieren convencer a Haley, a sus votantes y a sus
donantes, así como a los medios que cubren la campaña, de que la carrera ha
terminado y que Trump será el nominado. Sube al tren.

Si Trump venciera a Haley por un margen significativo, sería de gran
ayuda para lograrlo.

Por el contrario, el bando de Trump es consciente de que un final
ajustado enviaría la señal opuesta: que una gran parte del electorado
republicano todavía está buscando a alguien más.

Haley cobraría impulso de cara a las primarias del próximo mes en su
estado natal de Carolina del Sur, donde era gobernadora. Es probable que el
dinero siga fluyendo para mantener viva su oferta.

Ese es el peor de los casos para Trump, pero de todos modos seguiría
siendo el favorito para la nominación para enfrentarse al presidente demócrata
Joe Biden en noviembre.

NIKKI HALEY

Una victoria de Haley en New Hampshire equivaldría a un terremoto
político.

Una sorpresa borraría el aura de inevitabilidad que Trump ha llevado
durante meses y energizaría a las fuerzas anti-Trump en el partido.

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