Marien Aristy Capitán  Periódico Hoy

Aunque entiende la indignación de la población con los acuerdos que ha
negociado el Ministerio Público con los acusados en casos de corrupción, la
procuradora Miriam Germán los defendió ayer asegurando que sus “acciones están
firmemente ancladas en el ordenamiento jurídico”.

“Estamos convencidos de que los acuerdos de colaboración que hemos
suscrito nos permiten fortalecer nuestras imputaciones contra los principales
responsables de estos crímenes y recuperar bienes y recursos desviados del
erario público”, dijo durante un almuerzo con ejecutivos de medios y líderes de
opinión.

Respecto a los delatores que no han sido sentenciados, Germán indicó que
si “vas detrás de un tiburón no puedes detenerte en una ballenita”: si la
ballena te da al tiburón, apuntó, debes hablar con la ballena.

Abundando sobre el tema la magistrada Mirna Ortiz, coordinadora de
Litigación de la Procuraduría Especializada de Persecución de la Corrupción
(Pepca), rechazó que quienes llegan a acuerdos se salen con la suya y recordó
casos como el de Francisco Pagán que fue condenado.

Respecto a Medusa, Ortiz explicó que tienen más de 25 acuerdos con
personas que admitieron su responsabilidad, aceptaron la pena y van a salir
condenadas con penas además de la devolución del dinero.

Su relación con la prensa

Tras afirmar que ha tenido encuentros y desencuentros en el larguísimo
camino que ha tenido con los medios, Germán afirmó que reconoce la diversidad
de criterios y opiniones como el pilar fundamental de la sociedad. “Entiendo y
respeto la función esencial de los medios de comunicación para fiscalizar el
poder y garantizar la transparencia de las instituciones públicas”, aseguró.

Haciendo hincapié en que nunca permitiría actuar ni actuaría en contra
de la libertad de expresión, ya que es un pilar de la democracia, Germán
sostuvo ha respetado a la gente de los medios y que su única inquietud como
ciudadana y como servidora pública es que a veces las palabras se usan sin el
debido rigor, olvidando que pueden herir y dañar.

“Preocupa que en ocasiones se difundan informaciones inexactas y
distorsionadas que puedan dañar la reputación de personas y de instituciones.
Yo siempre he tenido una relación de respeto con la gente de los medios.
Incluso eso viene de un tiempo muy lejano, cuando no había adelantos técnicos”,
recordó Germán.

Reconociendo que los funcionarios públicos tienen que aceptar que están
sometidos a un escrutinio mayor que un particular, Germán advirtió que eso no
significa que se renuncie al derecho fundamental, el honor y hasta a la
intimidad. “Y en ese aspecto, yo he tenido experiencias dolorosas, muy
dolorosas, pero eso no me da derecho a mí a juzgar a todo el mundo por eso”.

En ese sentido indicó que tanto en su trabajo como en el de la prensa
hay que tomar en cuenta la compasión: ponerse en el lugar del otro y, además,
hay que ejercer con el cuidado y la ética que exigen los cánones deontológicos
que rigen la profesión.

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