El tenista murciano pudo vivir la final de la Eurocopa que enfrentaba a
España con Inglaterra y no dudó en felicitar a la Selección nada más terminar
el partido.

POR NURIA HERNÁNDEZ      VANITY FAIR

Carlos Alcaraz vivía el domingo una alegría por partida doble. El
murciano ganaba por segundo año consecutivo el torneo de Wimbledon contra Novak
Djokovic y horas después, como buen futbolero que es, sumaba a esa victoria la
de la Selección Española en la Eurocopa. Alcaraz, madridista reconocido, ya
comentaba nada más ganar el torneo (su cuarto Grand Slam con tan solo 21 años)
que estaba deseando ver la final del campeonato europeo que enfrentaba a España
con Inglaterra. Pero la tradicional Cena de Campeones que se celebra cada año
tras la final de Wimbledon dejaba en el aire que el tenista pudiera disfrutar
del partido de fútbol con los suyos.

Aunque cada mes de julio esa cena que homenajea al ganador y ganadora de
Wimbledon en el Raffles London at The OWO Hotel se lleva a cabo con puntualidad
inglesa a las 21 horas (hora de Reino Unido), en esta ocasión, los jerarcas del
All England Club, sede del tercer Grand Slam del año, conociendo la pasión de
Alcaraz por el fútbol, decidieron retrasar una hora por primera vez en la
historia del torneo la Cena de Campeones, por lo que comenzó a las 22 horas
–las 23 horas en Alemania– y Carlitos pudo ver hasta el final la gran final de
la Eurocopa con su familia y en la casa que tiene alquilada cerca de All
England Club. Por si el partido se iba a prórroga, desde el torneo habían
planificado colocar una gran pantalla durante la cena para que los asistentes pudieran
ver hasta el final el partido.

Tras esa victoria de España, Carlos Alcaraz cambió la ropa deportiva por
un elegante esmoquin con pajarita firmado por Louis Vuitton, firma de lujo de
la que es embajador, para ser recibido con todos los honores en el lujoso y
emblemático Raffles London at The OWO Hotel, ubicado en la calle Whitehall,
justo enfrente del Horse Guards y cuyo primer establecimiento de la cadena
hotelera fue inaugurado en 1887 en Singapur y terminó siendo el favorito de
personalidades como Ava Gardner. “Habrá que celebrar, ¿no?”, escribía Charly en
redes tras la victoria de España. Igual que el español, en la Cena de Campeones
también estaba la checa Barbora Krejcikova, ganadora del torneo femenino, que
lució un elegante vestido de gala con falda con volumen en color verde botella
con cuerpo bordado de pedrería.

Alcaraz recupera el tradicional baile

Una vez iniciada la cena, en la que por ejemplo no se permite a los
ganadores hacerse fotos con los asistentes (una norma que cuentan que Carlitos
se ‘saltó’ ante las peticiones de sus seguidores), Carlos Alcaraz volvió a
ganarse a todos con su simpatía y naturalidad y se lanzó a bailar con
Krejcikova a ritmo de Dance the Night de Dua Lipa, un baile improvisado en el
que incluso se atrevieron a dar alguna vuelta, algo que provocó los aplausos de
los que allí estaban presentes. Aunque hasta 1977 el baile de los dos campeones
era una tradición casi ‘obligatoria’ para los ganadores, no se había visto
desde que en 2015 lo hicieran Novak Djokovic y Serena Williams bailando Night
Fever de los Bee Gees.

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