RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
auscultado con diferentes equipos para
escrutar la visión y el ojo como órgano. Entró al despacho del médico director,
quien ya tenía de él un arsenal de informaciones sobre su salud visual. Se
asustó con lo que le dijo el facultativo:
“Usted va camino a perder la visión, se ha hecho gran daño en los ojos,
usted ha estado usando un producto para eliminar la rojez de los ojos, confiado
en que se trata de una gota humectante, pero se trata de un vasoconstrictor”. El médico es el doctor Arnaldo Espaillat
Matos, del Instituto Espaillat Cabral, el más antiguo centro oftalmológico del
país.
El fármaco se llama nafazolina, el cual se expende con diferentes
nombres. A pedido del paciente, quien fuera sometido a doble cirugía ocular, el
doctor Espaillat dispuso la divulgación
de una nota de advertencia, la cual
firma la especialista Katherine Rivera, con el aval del Instituto
Espaillat Cabral. Ella la tituló
“Advertencia sobre el uso indebido de la Nafazolina”. A continuación, sus palabras:
La nafazolina oftálmica es un
medicamento que se usa frecuentemente para mejorar el enrojecimiento de los ojos causado por
alergia, sequedad ocular o irritantes del medioambiente. Su efecto
vasoconstrictor reduce la hinchazón de los tejidos, proporcionando alivio
transitorio del enrojecimiento y los síntomas oculares. Actualmente, la
nafazolina es un medicamento oftálmico de libre venta, sin embargo, su uso
indiscriminado puede causar efectos adversos o consecuencias no deseadas para
la salud del ojo y la salud en general.
Uno de los principales riesgos asociados al uso no prescrito y/o
excesivo de nafazolina oftálmica es el
fenómeno conocido como efecto rebote, el cual se produce cuando el uso
prolongado del medicamento hace que los vasos sanguíneos se vuelvan más
sensibles a la nafazolina, lo que provoca mayor irritación y enrojecimiento de
los ojos al suspender su uso, haciendo indispensable el uso continuo de la
nafazolina para mantener el ojo libre de enrojecimiento; esto da lugar a
empeoramiento del problema y dependencia
del medicamento.
Además, el uso indiscriminado de la nafazolina puede causar efectos
adversos en la salud del ojo ya que la
constricción excesiva de los vasos reduce el flujo sanguíneo hacia los tejidos
del ojo, disminuyendo la cantidad de oxígeno y nutrientes que recibe, lo que
puede ocasionar: visión borrosa, picazón, quemazón, sequedad ocular, dilatación
pupilar. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo si no se sigue
adecuadamente la dosis recomendada por un oftalmólogo. En casos de uso crónico
puede contribuir al desarrollo de glaucoma, una enfermedad ocular grave que
puede provocar perdida de la visión.
El uso excesivo de este medicamento puede causar daños en la córnea por
toxicidad, ocasionando erosiones en la misma, con molestias oculares y disminución de la calidad visual del
paciente. También, podría resultar en daño para otros tejidos oculares,
produciendo consecuencias graves para la visión a largo plazo.
Es importante tener en cuenta que
la nafazolina oftálmica no está destinada para su uso prolongado sin la
indicación y supervisión del oftalmólogo. Para evitar los riesgos asociados al
uso indiscriminado de la nafazolina oftálmica, es fundamental seguir las
indicaciones del médico y utilizar el medicamento solo cuando sea necesario y
por el tiempo recomendado.
Si usted padece alergia ocular, molestias de sequedad y enrojecimiento
persistente, es importante buscar asistencia oftalmológica para evaluar la
situación y recibir el tratamiento correcto.
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