Andrés Dauhajre Hijo              El
Caribe

En días pasados, un economista dominicano subió un tuit en el que
alertaba al presidente Luis Abinader de no dejarse engañar por quienes hemos
estado recomendando, desde hace años, el traspaso al Ministerio de Hacienda
(MH) de la deuda del Banco Central (BCRD) provocada por la crisis bancaria de
2003. Según el economista, los que proponemos el traspaso estamos tratando de
que el presidente Abinader caiga en un gancho. Indica que el BCRD “siempre
puede honrar su deuda con emisión de pesos”, refiriéndose tanto al pago de los
intereses como de las amortizaciones. Luego de indicar que los bancos centrales
no quiebran, el economista advierte que, si el Gobierno asume la deuda, tendría
que financiarla con impuestos o endeudamiento. Afirma que “los gobiernos si pueden
caer en cesación de pagos y arrastrar al país a una crisis de deuda soberana”.
Señala que el BCRD “viene financiando parte de su deuda con cuentas por cobrar
al Gobierno (Cuenta por recibir del Gobierno dominicano) y viene haciéndolo
desde hace 20 años. Si la asume formalmente como se propone, le está poniendo
una espada de Damocles sobre el cuello de su gobierno y futuros gobiernos”.

No entendemos el porqué el economista afirma que quienes proponemos el
traspaso de la deuda del BCRD al MH queremos “engañar” al presidente y hacerlo
caer en un “gancho”. Lo que estamos proponiendo es lo mismo que propusimos a la
administración del presidente Medina hace casi 10 años cuando el 9 de mayo de
2015 publicamos en El Caribe el artículo “El Estado dominicano, sin tener, paga
de más”. De nuevo lo propusimos el 30 de octubre de 2017 en el artículo “Todos
los caminos llevan a Hacienda” publicado en este diario. ¿También quisimos
engañar a Medina y hacerlo caer en un gancho? Ese nunca ha sido nuestro
objetivo. Hace 7 años, preocupados por la tendencia creciente de la deuda
interna del BCRD, la cual había pasado de 9.6% del PIB (RD$60,605 millones) en
2003 a 14.9% (RD$531,301 millones) a mediados de octubre de 2017, lo que
reflejaba que el BCRD no había logrado reducirla, volvimos a proponer su
traslado al MH, pues con ello además de permitir al MH operar como único emisor
de deuda soberana y obtener mejores condiciones de colocación, eliminaría el
contagio que la presencia de esa deuda genera en la política monetaria cuando
es manejada por el BCRD.

Todo el que haya tomado un buen curso de microeconomía comprendería el
porqué la OECD, en su estudio de 2012, “Capital Markets in the Dominican
Republic”, solicitado por el Gobierno dominicano, afirmó que la existencia de
dos emisores de deuda pública con incentivos asimétricos (incentivos no
alineados) motivada por la diferenciación de los objetivos perseguidos (MH
emite deuda para financiar el déficit fiscal y BCRD para estabilizar los
agregados monetarios y controlar la tasa de cambio), mientras estimulaba al MH
a colocar deuda pública a la menor tasa de interés posible, no lo hacía en el
caso del BCRD pues, a final de cuenta, el sobrepago de intereses en los títulos
del BCRD corría por cuenta del MH, asentado en la “Cuenta por recibir del
Gobierno dominicano” que el BCRD mantiene dentro de la partida de Activos de su
Estado de Situación. Esta cuenta mostraba en 2023 un saldo por recibir del
Gobierno de RD$687,424 millones excluyendo RD$132,362 millones en bonos de
recapitalización que el Gobierno ya había entregado al BCRD y RD$316,007
millones que había pagado de intereses sobre los bonos de recapitalización y
aportes para la recapitalización del BCRD en 2007-2023. Para entender eso, sin
embargo, es necesario haber asimilado las lecciones de microeconomía o por lo
menos, haber entendido el trabajo “Multi-Task Principal Agent Analysis” de los
premios Nobel Bengt Holmström (2016) y Paul Milgrom (2020), publicado en el
Journal of Law, Economics and Organization en 1991.

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