Barbara Kruger no se considera una artista feminista,
sino una mujer feminista que hace arte. A sus 80 años, la estadounidense
presenta en el Museo Guggenheim de Bilbao su primera retrospectiva completa en
España.

Por Ianko López

Barbara Kruger (Newark, Estados Unidos, 1945), un icono
dentro del mundo del arte solo aceptó realizar esta entrevista a condición de
que no se publicara su retrato. De hecho, resulta difícil encontrar fotos de
ella. Es, pues, un icono sin imagen: un absoluto contrasentido. A cambio, ha
creado imágenes de probada perdurabilidad. En especial aquella en la que, sobre
el rostro dividido de una mujer, aparecía impresa la frase “Your body is a
battleground” (“Tu cuerpo es un campo de batalla”), que ideó en 1989 para una
manifestación a favor de los derechos reproductivos de las mujeres y de inmediato
se convirtió en un lema feminista de alcance global. Su compromiso con el
feminismo ha sido notorio, pero quiere dejar muy claro que ella no es una
artista feminista, sino “una mujer feminista que hace arte”. También es crítica
con el mercado, aunque en su obra utiliza técnicas procedentes de la
publicidad: mezcla de imágenes y textos, lemas breves y contundentes, colores
intensos. Ella misma formó parte del engranaje comercial cuando, antes de
convertirse en artista, trabajó de diseñadora gráfica en revistas de moda y
tendencias del estilo de Mademoiselle. Diversas obras correspondientes a sus
cuatro décadas de carrera se reunirán en la exposición del Museo Guggenheim
Bilbao Barbara Kruger. Another day. Another night (del 24 de junio al 9 de noviembre),
que la institución define como su primera panorámica exhaustiva en España. Todo
un acontecimiento.

Vanity Fair: ¿En qué medida haber trabajado en el mundo
editorial influyó en su práctica como artista?

Barbara Kruger: Influyó, y mucho. Gracias a ello
desarrollé una facilidad para trabajar con imágenes y textos, aunque esas
imágenes y textos que me daban los habían hecho otras personas. Pero mi trabajo
se transformó desde estar orientado a los clientes hasta que, como artista, ya
pasaron a ser míos. Pero, sin las habilidades que entonces adquirí, lo que he
hecho sería muy distinto.

V.F.: En 2010 diseñó una portada para W Magazine en la
que aparecía Kim Kardashian desnuda, con sus partes íntimas cubiertas por uno
de sus mensajes: “It’s all about me. I mean you. I mean me” (“Todo va sobre mí.
O sea, sobre ti. O sea, sobre mí”). ¿Cree que ella es la imagen del
empoderamiento femenino, o más bien la de cierto fracaso feminista?

B.K.: Ni una cosa ni la otra. No me interesan los
binarios. Todo el mundo hace lo que quiere. Y hay que admitir que las
elecciones que hizo Kim Kardashian han supuesto para ella mucho éxito en el
mundo en que vivimos.

V.F.:
¿Recuerda en qué momento se hizo feminista? ¿O se trató más bien de una toma de
conciencia gradual?

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