El presidente
Donald Trump habla durante una conferencia de prensa con Elon Musk en el
Despacho Oval de la Casa Blanca, el viernes 30 de mayo de 2025, en Washington.
(AP Foto/Evan Vucci)

Por CHRIS
MEGERIAN

WASHINGTON
(AP) — Tal vez siempre iba a terminar de esta manera, con dos multimillonarios
publicando furiosamente el uno sobre el otro en las redes sociales, con los
dedos volando por pantallas de bolsillo mientras su incandescente disputa se
calentaba cada vez más.

Pero incluso
si el final era predecible, eso no lo hizo menos impactante. Después de largos
meses en los que Donald Trump y Elon Musk parecían unidos en su caótica misión
de rehacer Washington, su relación implosionó esta semana como una estrella que
se convierte en supernova.

Comenzó con
Musk quejándose de la pieza central de la agenda legislativa de Trump, que el
presidente al principio tomó con calma. Finalmente, Trump dejó escapar que
estaba decepcionado con su exasesor, lo que llevó a Musk a desatar una
avalancha de insultos y burlas.

Acusó a Trump
de traicionar las promesas de recortar el gasto federal, compartió una
sugerencia de que el presidente debería ser sometido a un juicio político y
afirmó sin pruebas que el gobierno estaba ocultando información sobre su
asociación con el infame pedófilo Jeffrey Epstein. Quizás lo más cruel es que
Musk insistió en que Trump no habría ganado las elecciones del año pasado sin
su ayuda.

Trump, que no
se queda atrás en una pelea, no pudo contenerse más. Publicó que Musk se había
estado “desgastando”, que le había “pedido que dejara” su
administración, que el titán de la tecnología se había “vuelto LOCO”.

Trump y
Musk en sus propias palabras

Tal vez,
amenazó Trump, debería ahorrar dinero de los contribuyentes cancelando los
contratos gubernamentales y los subsidios para las empresas de Musk.

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