A
medida que las vidas de 100 años se vuelven cada vez más comunes, la psicóloga
de Stanford Laura Carstensen está trabajando para comprender las implicaciones y garantizar que podamos aprovechar al máximo nuestros años adicionales.
En
la serie “Research Matters”, visitamos laboratorios en todo el campus
para escuchar directamente a los científicos de Stanford sobre en qué están
trabajando, cómo podría mejorar la salud y el bienestar humanos y por qué las
universidades son actores fundamentales en el ecosistema de innovación de la
nación. Las siguientes son las propias palabras de los investigadores, editadas
y condensadas para mayor claridad.
Me
interesé en envejecer después de un accidente automovilístico en el que tuve
cuando tenía 21 años. Me rompí más de 20 huesos y terminé en una sala de
ortopedia durante cuatro meses. Resulta que las salas ortopédicas tienen una
distribución de edad bimodal con jóvenes que se recuperan de accidentes
automovilísticos y personas mayores que se recuperan de caderas y rodillas
rotas u otras cirugías. Después de recuperarme de lo peor, las enfermeras
decidieron darme la tarea de hablar con los pacientes mayores para que se
mantuvieran alerta y orientados; en retrospectiva, las enfermeras estaban
tratando de ayudarme.
Conocí
a muchas mujeres mayores y, a los 21 años, descubrí que teníamos mucho en
común: todas habíamos sido sacadas de nuestros mundos y dependíamos
completamente de otras personas. Una experiencia compartida surgió de las
luchas que enfrentamos juntos. Pero cuando se trataba de la atención que
recibimos, había una gran disparidad. Comencé a ver que, debido a mi edad, me
trataban de manera diferente. Para los médicos, mi juventud indicaba optimismo:
tenía todo un futuro por delante, y durante las rondas, discutían diferentes
formas de ayudar a mi recuperación. Pero las mujeres mayores de mi barrio fueron
dejadas de lado.
Me
hizo preguntarme sobre el envejecimiento y, específicamente, cuánto del
envejecimiento, que es un proceso biológico, también está moldeado por el mundo
social.
Cuando
salí del hospital, quise examinar esta pregunta. No sabía qué disciplina me
proporcionaría las mejores respuestas, y después de tomar cursos en diferentes
disciplinas, me decidí por la psicología. La psicología es una disciplina que
considera a los individuos, a nivel celular, hasta influencias sociales más
grandes que dan forma y significado a quiénes somos.
Me
formé como psicóloga clínica y durante muchos años vi pacientes en una clínica
establecida para atender a adultos mayores con recursos limitados. Llegué a
conocer a cientos de personas de una manera que nunca lo habría hecho como
parte de un estudio de investigación. Lo que más me impresionó fue su
resiliencia emocional. Me iba por las noches sintiéndome inspirado, y quería
entender mejor cómo las personas mayores que enfrentan enormes desafíos
mostraban una fuerza emocional tan notable.
Lo que descubrí en mi
investigación fue consistente con mis observaciones clínicas: estudio tras
estudio sugirió que emocionalmente, a las personas mayores les va mucho mejor
que a las personas de mediana edad y más jóvenes. En este punto, existe un consenso
general en el campo de que el bienestar emocional mejora con la edad.
https://ift.tt/iBLXkMm
+ There are no comments
Add yours