Por Gustavo Valdés y Gonzalo Zegarra,
CNN en Español

“Tengo todo (en regla), no tengo por
qué correr”, fue lo que le dijo su esposo por teléfono en medio de la
sorpresiva redada migratoria del jueves en una planta de fabricación de
Hyundai, en Georgia. Luz Dary Suárez, inmigrante colombiana, le había avisado
del operativo masivo en el lugar, pero él la tranquilizó recordándole que
cuenta con permiso de trabajo. Pese a ello, quedó detenido y sigue bajo
custodia de las autoridades migratorias, a la espera de la revisión de su caso,
como otros trabajadores que denuncian que no contemplaron su estatus legal en
el país.

Más de 500 agentes federales,
estatales y locales participaron en la operación, que se gestó durante meses y
culminó con 475 arrestos en Ellabell, a unos 40 kilómetros al oeste de
Savannah, Georgia. La pequeña comunidad quedó sacudida con lo que fue la redada
más grande hasta ahora en la actual ofensiva migratoria de la administración
Trump en los lugares de trabajo de Estados Unidos.

Funcionarios del ICE dijeron que los
encargados hablaron con cada trabajador para determinar quiénes estaban
legalmente en EE.UU., y que permitieron que algunos se retiraran. Pero
familiares entrevistados por CNN aseguran que también hubo arrestos a personas
con permiso de trabajo.

Esta imagen de video proporcionada por
el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. muestra a empleados
de una planta de manufactura esperando a que les pongan grilletes en las
piernas en la planta de vehículos eléctricos de Hyundai Motor Group, en
Ellabell, Georgia, el jueves 4 de septiembre de 2025.

Suárez, que llegó al país con su
pareja y dos hijos hace casi dos años y tiene una solicitud pendiente de asilo,
contó que, según le dijo su esposo, un agente afirmó durante la redada: “Él
está detenido por estar detenido”. Cuando mostró su documentación, otro
expresó, según la mujer: “Se queda, porque sí”.

Santiago, un inmigrante colombiano que
prefiere no identificarse con su apellido por temor a represalias, está en una
situación similar tras el arresto en la redada de su esposa, Camila, de
Venezuela. Él conoce bien las instalaciones, ya que también ha trabajado en la
planta, y contó que a todos les pedían documentación legal para registrar el
empleo.

“Estaban tomando su break y llegaron
de sorpresa, los retuvieron”, relató a CNN, según lo que le dijo su esposa.
“Irrumpieron en el lugar deteniendo a todas las personas, no importaba quién
fuera. Al momento de la detención, me indica que cuando la estaban procesando
le preguntaban a cada uno qué documentación tenía”, contó.

Sin embargo, cuenta que cuando Camila
les mostró sus papeles, el agente encargado “puso en su papeleo que no tenía
nada y la mandó al bus”.

Los testimonios
coinciden con lo que cuenta Mauricio, otro inmigrante que prefiere no usar su
apellido. Su esposa permanece detenida desde la redada del jueves, pero contó a
CNN lo que alcanzó a detallarle sobre esa jornada. “Estaban tranquilas porque
ella y el hermano tenían los documentos en regla. Pero dice que las personas
realmente llegaron, atropellaron, no aceptaron ningún documento”, declaró. “Por
más que los pudieron verificar, les dijeron que nada iba a valer, que todos
iban a quedar arrestados”, reiteró.

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