Por Jordan Valinsky, CNN

Amazon Web Services (AWS), la plataforma de computación en la nube que
impulsa gran parte de internet sufrió una caída durante varias horas el lunes,
dejando inoperativos varios sitios web y aplicaciones importantes.

Desde servicios bancarios hasta redes sociales, pasando por sitios de
reserva de vuelos y compras en línea, miles de servicios se vieron
interrumpidos, dejando a millones de personas en todo el mundo —muchas de las
cuales se dirigían a sus trabajos en la costa este de Estados Unidos— sin poder
pedir el café por el móvil ni acceder a aplicaciones clave.

Se muestra un logotipo de Amazon Web Services durante una feria
comercial en Hannover, Alemania, el 22 de abril de 2024.

Esta última interrupción sirve como recordatorio de lo frágil que puede
ser la base de Internet, incluso si la interrupción es breve, y de lo
dependiente que se ha vuelto el mundo de estos servicios en línea.

Aunque AWS y sus competidores son generalmente robustos, Internet es una
red compleja de servicios superpuestos que termina siendo tan confiable como lo
sea su código más débil. La causa raíz de la interrupción del lunes sigue
siendo desconocida, pero un servicio que convierte nombres web amigables en
direcciones IP no pudo comunicarse con las enormes bases de datos de miles de
empresas alojadas por Amazon.

Las interrupciones anteriores de esta magnitud se han debido a una
amplia variedad de errores, como actualizaciones defectuosas, la inyección
accidental de código malicioso o un cambio en software de terceros que no
funciona correctamente con un servicio. En raras ocasiones, cortes en el cable
de internet, ciberataques o ataques directos de denegación de servicio pueden
provocar la caída o sobrecarga de los servidores que alojan aplicaciones clave.

Sin embargo, la relativa frecuencia de estos eventos demuestra la falta
de redundancias necesarias y de servicios competitivos. Con demasiada
frecuencia, según algunos expertos en internet, las empresas apuestan todo a la
misma carta en los servicios en la nube.

No hay indicios de que se tratara de un ciberataque, según Rob Jardin,
director digital de la empresa de ciberseguridad NymVPN, quien añadió que
“parece un fallo técnico que afecta a uno de los principales centros de datos
de Amazon”.

“Internet se diseñó originalmente para ser descentralizado y resiliente;
sin embargo, hoy en día, gran parte de nuestro ecosistema en línea se concentra
en un pequeño número de regiones de la nube”, declaró en una nota de prensa.
“Cuando una de esas regiones sufre una falla, el impacto es inmediato y
generalizado”.

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