Por Lincoln López
Lincoln López
“Mamá Álgebra” llamaba una sociedad agradecida, por
su sobrada capacidad y entrega, a un icono de la enseñanza secundaria
santiaguera: Doña Estela E. de Díaz. ¡Todo un universo de virtudes! Los Axiomas
fueron parte de los contenidos del libro de texto del matemático cubano A.
Baldor (1906-1978) y, que quizás aprendimos de la reconocida profesora, los 44
condiscípulos del Primero F del Liceo UFE de entonces.
El Dr. A. Lynch nos recuerda “que cuando el resultado
es idéntico no importa el orden de los elementos, en este contexto es que se
deriva la sentencia de que “el orden de los factores no altera el producto”. –y
continua- Pues las cosas no son así en ciencias sociales…” Por eso, no deben
extrapolarse estos conceptos matemáticos y validarlos alegremente en otras
especialidades, sin tomar en cuenta ciertas variables.

Veamos como los axiomas cambian en el campo de las ciencias sociales, para eso
tomamos como muestra los resultados de una encuesta realizada recientemente por
una empresa privada y dados a conocer en los medios de comunicación nacionales.
Una cantidad aproximada de 1,200 personas adultas respondieron el cuestionario
de trabajo con tres temas para determinar el orden de importancia y
preocupación de ellos, atendiendo a su propio criterio. Los consultados
colocaron en un sólido primer lugar, el problema de alimentación y el alto
costo de la vida. En segundo lugar las cifras indicaron el problema de la
seguridad ciudadana, y, en un lejano tercer lugar: el problema de la
corrupción.

En principio, demos por sentado como bueno y válido ese estudio, cumpliendo con
los procedimientos de la sociología. Luego de esta acotación, continuamos.

La comida y la seguridad ocupan el 84.5% de la medición; y solamente a un 8.5%
le inquieta el problema de la corrupción. A simple vista lo que se infiere es
que el malestar social es comer. Es verdad que la comida es importante para la
vida, pero otra cosa es concebirla de una manera tan burda. Tan primitiva. Tan
salvaje. Si esa necesidad se convierte en algo bárbaro, entonces se explica
porqué existen tantos y desequilibrados programas de beneficencia subsidiados
con fondos públicos. Es para envilecernos, denigrarnos, prostituirnos,
volvernos más bestiales. Eso explica el fenómeno del populismo en la política.
Mezcla de corrupción e impunidad. El soborno de botas, votos y puestos.
Depravación. Calumnias. Violaciones. Justicia injusta. Corruptos y corruptores,
ambos, son cómplices del actual déficit fiscal. Caminamos hacia una sociedad
fallida.

Soy opuesto a la impunidad. Así lo he demostrado y denunciado desde los cargos
oficiales que he ocupado. Soy un abanderado de la educación y la cultura. Ahí
está mi hoja de vida. Por lo tanto, creo que si no se destina tiempo a revertir
esos dos aspectos no habrá salida para los que aspiran a vivir con dignidad y
con un mínimo de decencia y decoro. La tarea no es fácil y la tarea educativa
será larga. No importa. Tenía razón Mao-Tse-Tung cuando dijo: “la marcha más
larga comienza con el primer paso”.

 
Solo así veremos que el orden de los factores (sí) altera el producto…
generosamente positivo.

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