RAFAEL PERALTA
ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com
Vivimos repitiendo
que la  hache es muda, pero domina una
tendencia entre muchos dominicanos a buscarle sonido. Y como no lo encuentran
en español, esos hablantes recurren al inglés que, de acuerdo a la sicología de
esos hablantes,  aporta prestancia,
prestigio o preeminencia. Quizá desconocen que se trata de un complejo de
inferioridad lingüística.
El Hospital
Metropolitano de Santiago suele ser mencionado por sus siglas: HOMS, a las se
agregó la vocal O a fin de evitar  la
presencia de tres consonantes seguidas (hache eme ese) y lograr que se
pronunciara como si fuese una palabra, o una sílaba (oms).  Pudo llevar la E de “Me” y  hubiese  quedado más cómodo: HOMES.
Ese HOMS ha
servido para que algunos hablantes, sobre  todo con niveles altos de educación, saquen a
relucir su complejo de inferioridad al pronunciarlo como si se tratara de una
palabra del inglés: joms. ¿Hospital no se escribe con H? ¿Acaso pronunciamos
jospital? Todos decimos “ospital”, aunque escribimos  hospital, pues quedamos en que la H es muda.
En una emisora
radial escuché recientemente el  anuncio
de una doctora que tiene su consultorio en el HOMS, aunque la publicidad
mencionaba el “joms”. Un escritor, de los buenos que viven  en Santiago, me da su dirección y añade que se
ubica detrás del “joms”. De modo que la fiebre por el sonido inglés  está bien alta.
Los lingüistas
hablan de la H aspirada, es decir que se pronuncia con aspiración, como el
sonido de jota, por ejemplo. La hache 
adquiere  sonidos  en algunas palabras de acuerdo a la
procedencia de las mismas. Es lógica la grafía con jota en jaibol, adaptación de la voz inglesa “highball” (bebida alcohólica)
o en jonrón (home run).
 La Ortografía de la lengua
española
lo explica 
de este modo: “La aspiración de la h se asimila a menudo al sonido
correspondiente al fonema /j/ y, de hecho, hay palabras que  hoy se escriben solo con j que proceden de
voces originariamente escritas con h. La j es, en la mayoría de estos casos,
reflejo de la pronunciación etimológica que era característica del español
medieval, y que hoy se conserva como rasgo 
dialectal en el español de Andalucía, Extremadura, Canarias y algunas
otras zonas de España y de América”. (Pág. 149).
 De lo expresado en el párrafo anterior puede
ser ejemplo la sustitución de la h por j en un grupo de palabras registradas en el habla vulgar: jeder (heder),
jambre (hambre), jembra (hembra), jallar (hallar), jinchado /(hinchado), jierro
(hierro), jolgorio (holgorio),  jablador
(hablador).
Para quienes
pronuncian “joms”  en referencia  al centro de salud santiaguero,  la h  sigue
siendo muda y nunca aspirada  con valor
de j,  en palabras  tan comunes como: hábil, hernia, hiedra, hoy,
hielo, hueso, hospital.
Los nombres de personas y de
lugares, no procedentes del español, soportan –y se exige- la aspiración de la
H inicial, con el sonido de jota: Hanói, Hawái, Helsinki, Hitler, Honolulú
(Janói, Jitler…)
Posiblemente, entre en ese grupo
la  ciudad  siria Homs, la tercera más importante  después de Damasco y Alepo. Es la capital de
la gobernación de Homs, localizada al oeste del país. Recientemente ha sido víctima
de  sangrientos ataques  por terroristas del Estado Islámico. Pero
su  homónimo, -al menos en siglas-  el Hospital Metropolitano de Santiago, en buen
español se pronuncia  OMS, como una
sílaba. Quedamos en que la H es muda.

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