Baltimore, MD.- “Las
chicas guapas no tienen cáncer”, le aseguró el médico a M. Patricia Díaz hace
más de 30 años. Con solo 16 años, Díaz estaba asustado e incómodo. Sin embargo,
las palabras del médico estaban destinadas a tranquilizarla y, en ese momento,
funcionaron. Patricia se había estado preparando para las malas noticias y
ahora se sentía aliviada.
 

Dos meses después, le diagnosticaron cáncer
terminal en estadio IV .

Pretty Girls Don’t Get Cancer es la sincera y
convincente historia de Díaz sobre cómo superar las dificultades médicas y
transformarse a sí misma (mente, cuerpo y espíritu) como una forma de nutrir su
proceso de curación en curso. Díaz experimentó un año de aislamiento social
(debido a su sistema inmunológico comprometido en ese momento) durante lo que
debería haber sido el momento más agradable y sin preocupaciones de su joven
vida. Su viaje hacia la recuperación auténtica requeriría un crecimiento
espiritual y el tipo de introspección que suele acompañar a la madurez y la
retrospectiva.

“El aislamiento, al principio una carga, con
el tiempo se convirtió en un regalo precioso”, reflexiona Díaz. “Me dio espacio
y silencio, e hizo brillar la luz en los rincones de mi alma que estaban
cómodamente en penumbra. … Estaba vivo, respiraba, y esa percepción marcó la
diferencia para que yo aprovechara al máximo el tiempo que tenía que pasar
conmigo ”.

Pretty Girls Don’t Get Cancer no endulza la
agonía de las pruebas y tratamientos que soportó Díaz, pero mantiene la
narrativa conversacional y relatable, con matices latinoamericanos y pizcas de
humor adolescente. En parte sobre la mayoría de edad, en parte como memorias
motivacionales, su historia es un testimonio del poder de una comunidad fuerte,
la resistencia personal y los granos de fe frente a un diagnóstico de cáncer.
Díaz muestra a los lectores cómo su enfermedad afectó su vida, su familia y la
comunidad, y cómo restaurar su salud física fue solo el primer paso hacia la
curación.

Sobre el Autor

M. Patricia Díaz es autora, chef de apoyo a
la salud y consultora de recursos humanos. Su viaje por el bienestar comenzó en
1989 cuando le diagnosticaron cáncer terminal en etapa IV. Durante el momento
más difícil de su vida, y con la ayuda de amigos, familiares y mentores de
vida, recurrió al yoga, las dietas a base de plantas y otras técnicas
alternativas para manejar su crisis y luego recuperar suavemente su salud
después de los tratamientos contra el cáncer.

Las lecciones que aprendió Díaz y los años de
práctica de yoga la llevaron a un entusiasmo por el bienestar, a la búsqueda de
un conocimiento profundo y le proporcionaron una brújula para su vida y su
carrera. Se formó en un programa de chef a base de plantas en el Natural
Gourmet Institute en la ciudad de Nueva York y completó un programa de formación
de profesores de yoga de 200 horas en el Kripalu Center for Yoga and Health.

Le apasiona enseñar los fundamentos del yoga
y los conceptos básicos de las dietas a base de plantas. Le encanta ayudar a
otros a conectarse con su entrenador de bienestar interior, y cree que una
práctica genuina comienza con una base sólida que honra los principios de
“ahimsa”: primero, no hacer daño.

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