La empresaria nos habla
en esta entrevista sobre sus tres ciudades imprescindibles, lo que significan
para ella y cómo disfruta de su vida entre aeropuertos.

POR VANITY FAIR PARA
AENA

Adriana Abascal
(Veracruz, México, 1970) nos responde al teléfono desde su estudio en París. En
solo unos días cogerá un avión rumbo a Sevilla para atender la gala del
Personaje del Año de Vanity Fair. Una ocasión perfecta para reencontrarse con
una ciudad a la que está especialmente unida, por su historia y su imaginario,
que ha inspirado la última colección de zapatos de su marca Skorpios, y por su
gente. Ambos elementos, los viajes y la gente, están muy presentes en la vida
de la que fuera Miss México en 1988. Y ambos han ido definiendo la mujer que es
hoy Adriana Abascal. Una mujer influyente en el mundo del arte contemporáneo,
empresaria de éxito y que disfruta del aquí y el ahora, rodeada de su familia y
amigos. Junto a ella realizamos una escala en los recuerdos inolvidables de la
mexicana que ha encontrado en los Servicios VIP de Aena su mejor aliado para
viajar. Estos Servicios VIP le acompañan desde el parking privado del
aeropuerto, hasta la Sala Premium donde el personal se encargará de realizar todos
los trámites necesarios. Mientras Adriana Abascal puede disfrutar de su
servicio de catering, de sus diferentes salones cuidadosamente decorados o de
sus salas de reuniones. Una vez finalizados los trámites, el personal le
acompaña al avión a través de un acceso exclusivo.

Adriana Abascal se
siente, por encima de todo, una privilegiada: “cada cultura, cada país te
aporta, te educa, te motiva. El poder hacer un poco de vida en cada ciudad es
para pellizcarse de la suerte. Tener la oportunidad de estar expuesta a todos
estos paisajes, gastronomías, culturas… Es muy enriquecedor”. Abascal pasa la
mitad de su vida viajando de una ciudad a otra, principalmente por su trabajo,
al frente de la marca de calzado que creó en el 2020, pero también por el hecho
de tener a su familia y amigos repartidos por el mundo

La pequeña de los hijos
que tuvo con el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, estudia en Londres,
su hijo Diego está en Los Ángeles y la mayor, Paulina, se marchó a estudiar a
San Francisco. En España tiene un nutrido grupo de amigos, con la diseñadora
Rocío Peralta a la cabeza. Ella le ha ayudado a penetrar en la cultura andaluza
como nadie, “Sevilla es una ciudad mágica”, relata Abascal, “pero para mí el
vínculo con una ciudad tiene mucho que ver con la gente y en Sevilla tengo muy
buenos amigos. Rocío Peralta es una de mis mejores amigas y con ella he podido
adentrarme en su cultura y conocer gente fantástica. Si tuviera que comparar
Sevilla con una mujer, diría que es arrolladora”.

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