Por Andrea Gómez, Michael Rios y
Osmary Hernández, CNN

“Una pesadilla”: venezolanos cuentan
sus experiencias tras ser liberados del Cecot en El Salvador

Durante meses, afirman José Mora y
Rafael Martínez, fueron golpeados por guardias de la prisión, recibieron
disparos de perdigones, se les privó de atención médica adecuada y se les negó
el debido proceso dentro del Centro de Confinamiento para Terroristas (Cecot),
la temida megacárcel de El Salvador.

“(Los guardias) nos torturaron física
y psicológicamente”, dijo Mora. “Fue una pesadilla”, dijo Martínez.

Mora y Martínez son apenas dos de los
más de 200 migrantes venezolanos liberados la semana pasada como parte de un
intercambio de prisioneros con Estados Unidos. Sus relatos, marcados por
denuncias de abusos y condiciones extremas, ofrecen una mirada cruda a lo que,
aseguran, vivieron sin saber siquiera por qué estaban allí.

Ahora se reunieron con sus familias en
Venezuela y hablan abiertamente sobre su experiencia, que describieron como una
violación de sus derechos humanos.

CNN consultó a la Presidencia de El
Salvador sobre los señalamientos de los dos repatriados, pero hasta el momento
no ha recibido respuesta. En el pasado, el Gobierno de Nayib Bukele ha dicho
que respeta los derechos humanos de quienes están bajo custodia “sin distinción
de nacionalidad” y que su sistema penitenciario cumple con estándares de
seguridad y orden.

Este lunes, el fiscal general de
Venezuela, Tarek William Saab, informó que el Ministerio Público abrió una
investigación contra Bukele y otros altos funcionarios de su Gobierno por
presuntos actos de tortura y tratos crueles a raíz de este episodio. La fiscalía
anunció que elevará esas denuncias ante la Corte Penal Internacional. CNN
también consultó al Gobierno de El Salvador sobre ese anuncio y espera
respuesta.

Deportados a una prisión extranjera

Según los registros, Martínez enfrentó
cargos de robo en Estados Unidos, se declaró culpable y fue puesto en libertad
bajo fianza antes de ser arrestado y enviado a una prisión salvadoreña. Mora,
por su parte, fue encarcelado en Venezuela por delitos relacionados con la
posesión de drogas y cumplió su condena. En Estados Unidos, recibió
infracciones de tránsito, según registros oficiales.

Mora llegó en 2017 a EE.UU., pudo
comprar su casa y obtener trabajo: primero en un puesto de hamburguesas, luego
en techos, pisos y finalmente como conductor de Uber y Lyft.

Rafael Martínez, por su parte, dice
que un día 10 agentes llegaron a su casa en EE.UU. para llevárselo.

“Me esposaron y me llevaron. Pensé que
me iban a deportar a Venezuela o México. Pero cuando llegamos al avión había
agentes del FBI y de la DEA. Al aterrizar, nos bajaron a golpes. Era El
Salvador”, recuerda.

Al igual que otros inmigrantes
venezolanos enviados a El Salvador desde Estados Unidos, Mora y Martínez
afirman que funcionarios estadounidenses los acusaron erróneamente de
pertenecer al grupo criminal venezolano Tren de Aragua. A pesar de negarlo,
fueron deportados de Estados Unidos en marzo.

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