Walter Schmidt            Clarín
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7 Minutos

El peronismo ingresó en un espiral descendente. Además de
la derrota electoral del 26 de octubre, comenzó a desgajarse en la Cámara de
Diputados y en el Senado, a partir de la acción del Gobierno para negociar y
estrechar vínculos con los gobernadores peronistas y no peronistas.

Así, el tucumano Osvaldo Jaldo ya habría apartado a sus
legisladores de Diputados, y el catamarqueño Raúl Jalil seguiría los mismos
pasos. También se reduce el bloque de senadores del PJ. De esa manera, La
Libertad Avanza tienen altas chances de quedarse con la primera minoría en la
Cámara Baja y aspirar a recrear una mayoría que le permita aprobar el
Presupuesto, y las reformas laboral y tributaria en ambas cámaras.

A su vez, el signo de crisis en el PJ se refleja en la
realidad de su principal dirigente, el gobernador Axel Kicillof. Enfrascado en
una interna interminable con el cristinismo -La Cámpora de Máximo Kirchner- y
con los intendentes bonaerenses, tuvo que prometerles a estos últimos un fondo
de $350 mil millones para que le aprueben el endeudamiento en la provincia de
US$ 3.500 millones mañana en la Legislatura provincial.

Kicillof está inmerso en un laberinto sin salida. Debe
asegurar la gobernabilidad, pero muestra debilidad ante su líder Cristina
Kirchner y se aleja su condición de candidato presidencial para el 2027.

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