Por Redacción – Puro Márquetin
la antesala de una transformación estructural, un cambio impulsado por la
madurez del retail media y la creciente sofisticación de los canales de
streaming.
Las proyecciones compartidas para 2026
por altos ejecutivos de Amazon Ads, como Kate McCagg, directora global del
Brand Innovation Lab, y Phil Christer, director general en Reino Unido, dibujan
un futuro donde la eficiencia del dato y la sutileza creativa ya no operan como
silos separados, sino como fuerzas sinérgicas. Los anunciantes deben prepararse
no solo para un cambio tecnológico, sino para una redefinición completa de lo
que significa la relevancia y el retorno de la inversión. La publicidad del mañana
dejará de ser una interrupción tolerada para convertirse en un servicio
hiper-personalizado que se alinea con el momento vital y emocional del
consumidor.
La fusión definitiva entre la
intuición creativa y la certeza del dato
Históricamente, el proceso
publicitario ha tendido a separar el análisis riguroso de la efectividad
mediática, la conocida “ciencia”, del desarrollo de campañas
memorables, el “arte” de la creatividad. Sin embargo, los ejecutivos
de la compañía pronostican que esta dicotomía está destinada a desaparecer. El
verdadero avance no reside en que la señal de audiencia valide una idea a
posteriori, sino en que sea capaz de inspirar el concepto creativo desde su
génesis.
Esto implica un cambio fundamental en
la mesa de trabajo: los equipos de marketing y branding deben integrar las
vastas comprensiones sobre el consumidor para desbloquear ideas que, de otro
modo, permanecerían ocultas bajo sesgos internos o meras suposiciones. Cuando
los creativos abrazan honestamente las pasiones genuinas y los puntos de
fricción reales de los clientes, el resultado no es simplemente una campaña
mejor segmentada, sino una narrativa más auténtica y menos intrusiva. Esta
metodología obliga a los anunciantes a mantenerse conectados a la realidad de
su público, asegurando que el mensaje publicitario se perciba como una solución
o un reflejo deseable, y no como un mero ruido en su experiencia de navegación
o consumo.
Televisión conectada, la búsqueda
incansable del retorno de inversión
Uno de los movimientos más
significativos para 2026 se registrará en el ámbito de la televisión en
streaming. Tradicionalmente, la publicidad en televisión —ya fuese lineal o
conectada— se ha valorado principalmente por métricas de branding, como el alcance,
la frecuencia o la favorabilidad de la marca. No obstante, la nueva era exige
una rendición de cuentas mucho más estricta.
puromarketing.com
que la compra de publicidad en STV estará cada vez más dictada por resultados
de negocio tangibles y medibles, lo que se conoce como outcome-based buying. En
lugar de limitarse a calcular cuántas personas vieron un anuncio, los anunciantes
exigirán conocer el impacto directo en las ventas, las altas de servicio o las
reservas efectivas. Esta migración sitúa a la STV en competencia directa con
los presupuestos que antes se destinaban exclusivamente a la publicidad de
performance digital. Es la madurez del canal la que obliga a las plataformas a
ofrecer soluciones de atribución robustas que demuestren un vínculo inequívoco
entre la exposición a un anuncio y la acción final del consumidor, elevando de
forma irremediable el listón de la eficiencia en este medio.
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