RAFAEL PERALTA ROMERO
rafaelperaltar@gmail.com

El otorgamiento del Premio de
Literatura Pedro Henríquez Ureña  a Mario
Vargas Llosa, por lo controversial,  ha
servido entre otras cosas para  descubrir
cuánto saben de  esta materia  personas, sobre todo políticos,  de  quienes
se ignoraba tal conocimiento. Por igual 
ha permitido  que  millones de dominicanos se hayan enterado que
existe ese galardón.

Hay gente tan irritada que echa
chispas por la distinción al novelista peruano, la cual será entregada este
lunes 19. La objeción se fundamenta en razones políticas y procede mayormente
de quienes han sido adherentes  de
la  impía sentencia 168-13 del Tribunal
Constitucional, mediante la cual unos honorables magistrados determinan quién
puede ser dominicano y quién no.
Mi observación  -si lo fuera- para que se escogiera a  Vargas Llosa para  el Pedro Henríquez Ureña se origina en razones
literarias.  Quiero decir  que el veterano novelista  sobrepasa la categoría de ese premio, cuyo
valor en metálico es 25 mil dólares.  Ningún autor que haya recibido el Nobel  de Literatura  debe ser apto para el modesto  premio dominicano.
En cada país de
Hispanoamérica  aparece más de un autor competente
para  el galardón. De  Puerto Rico y Nicaragua –entre  los menos poblados- ya fueron exaltados  Luis Rafael Sánchez, novelista,  y Ernesto Cardenal, poeta. La isla  caribeña, con 
3. 6 millones de habitantes,   tiene  además a José Luis  Vega,  poeta y  académico, y  a Luce López-Baralt, escritora mística.
Nicaragua, con apenas seis
millones, cuenta con Sergio Ramírez, novelista cabal, y Gioconda Belli,
novelista  y poeta de incuestionable
valor. Costa Rica, menos de seis millones de habitantes,  puede presentar la candidatura de  Helena Ospina, poeta y académica. De El  Salvador, también país pequeño, califica David
Escobar Galindo, cuentista, fabulista, novelista.
¿Qué decir de la abundancia de
autores calificados  en los países de
mayor población donde se escribe en español? De México,  presento tres candidatos: Fredo Arias de la
Canal, ensayista y poeta de altura; Jaime Labastida, poeta, ensayista
filosófico  y académico de la
lengua;  Gonzalo Celorio, ensayista y
novelista.  Pero no solo ellos.
Las academias hispanas de la
lengua pueden ser magníficas aliadas para detectar postulantes al Premio Pedro Henríquez
Ureña, por su contacto permanente con los escritores, la lengua y la
literatura.  Pedro Luis Barcia, lingüista
y presidente de la Academia Argentina de las Letras, por su obra  es digno de 
tal distinción. [,

Lo mismo que  Marcos Martos, poeta de Perú;  José Guillermo Rosa-Net, poeta y
académico de Panamá, y  el poeta Orlando
Rodríguez Sardiñas (cubano-EU), miembro de  la Academia Norteamericana de la Lengua
Española. Faltan muchos nombres de escritores 
de lengua hispana plenamente aptos para el premio, para recibirlo después
de Vargas Llosa.

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